Mina Pastora: Historia (I)

        La relación de los antiguos poblamientos de Aliseda con la riqueza metalífera de la zona parece evidente a partir de las excavaciones arqueológicas realizadas en las inmediaciones del Cerro del Aljibe y en la propia mina Pastora. Para Rodríguez et al., (1999) “no se pueden entender los asentamientos, ni posiblemente buena parte del poblamiento protohistórico del área de Aliseda, sin ponerlo en relación con el entorno minero en el que se engloba”. Los asentamientos están ubicados en la ladera este de la Sierra del Aljibe, muy cerca de la cima del Cerro del Aljibe. El devenir de los acontecimientos en la antigüedad hizo que Aliseda, que contaba además con unas excelentes condiciones naturales de defensa, fuera un privilegiado lugar estratégico durante siglos, al principio porque su situación permitía controlar el transporte de los minerales que se extraían de los ricos yacimientos de estaño y cobre del oeste peninsular y, posteriormente, por su cercanía a los yacimientos de hierro de la Sierra del Aljibe.
La zona donde se sitúa el poblado fue excavada en una campaña de urgencia en 1995 y los resultados fueron publicados en el libro “El poblado protohistórico de Aliseda (Cáceres) –Campaña de urgencia de 1995” (Rodríguez et al., 1999).

        Los autores destacan en sus conclusiones, por una parte, la relación directa de este asentamiento con el Tesoro de Aliseda, encontrado en 1920; y por otra, la dilatada ocupación temporal del poblado protohistórico a lo largo de varios siglos. Creen, además, posible que el poblado ya estuviera habitado en el periodo Calcolítico, sin embargo, la primera fase de ocupación constatada se produjo durante el Bronce Final-Orientalizante Antiguo (a partir del 800 a. C.), su ocupación se mantuvo durante el periodo Orientalizante Pleno-Reciente, aproximadamente entre el 650 y el 500 a. C., llegando hasta el periodo Orientalizante Tardío o Post-orientalizante (hacia el 400 a. C.). A partir de ese momento, el poblado fue abandonado (Rodríguez et al., 1999).
        Tras un largo período de casi 400 años, el asentamiento volvió a ser ocupado durante la época romano republicana (siglo I a. C.). En este periodo, una de las actividades básicas realizadas fue la metalúrgica. Hallazgos como “herramientas, un posible molde y multitud de escorias de fundición de hierro confirman suficientemente el aprovechamiento intensivo, a pesar de su deficiente calidad, de los recursos férricos de la trasierra durante este período” (Rodríguez et al., 1999).
        Aunque las excavaciones arqueológicas referidas se realizaron a finales del siglo XX y principios del XXI, la existencia de un posible asentamiento en la zona ya era conocida en 1790. En un documento titulado “Memorias para la delimitación del suelo urbano de Aliseda”, publicado por el arquitecto Juan Saumell Lladó en agosto de 1989 se hace referencia indirecta a otros documentos donde se menciona la existencia en la cumbre del Cerro del Aljibe a finales del siglo XVIII de algunas ruinas y hallazgos de civilizaciones antiguas. En estas memorias, al describir los datos generales del encuadre territorial de Aliseda, se dice:
        “Entresacamos algunas notas históricas de una separata editada en 1949 con motivo de las fiestas locales:
        La situación topográfica de Aliseda, en medio de un cerro aislado, nos hace suponer que fue un castro ibérico, en cuya cumbre en 1790 había ruinas y la bóveda de una cisterna. Una cabrita ibérica de bronce, animal al que le tributaron culto en la Lusitania, monedas griega y romanas, minas de hierro y sepulturas en Cabeza Rabbí, nos prueban la existencia de una población lusitana y romana. De la dominación visigoda y árabe no tenemos ningún indicio.”

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Mina Pastora

Extremadura hace más de 100 años:

    “Las concesiones de hierro de esta provincia, que en nuestro concepto revisten gran importancia, continúan y continuarán largo tiempo estancadas y sin explotar a causa de la falta de vías de comunicación de que nos venimos lamentando los once años que llevamos de servicio en esta provincia, por lo que ya perdemos la esperanza de su mejoramiento ni ampliación. Insistimos siempre sobre tan importantísimo punto, porque vemos con dolor que el Estado pierde de sus justos ingresos dejando abandonada esta fuente de riqueza, hasta tanto que no se la den las salidas necesarias para ello”

Boletín de Estadística Minera de 1914
Firmado por el Ingeniero Jefe del distrito D. Luis Espina y Capo

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