Esta singularidad, hace que la mina Pastora pueda ser considerada como un ejemplo de la influencia de la actividad biológica en el incremento de la complejidad mineral y, por tanto, de la evolución mineral.
Sin embargo, todavía podemos ir más lejos. Desde la identificación en Marte de sulfatos hidratados de magnesio y hierro (jarosita) (Elwood Madden et al., 2004; Klingelhöfer et al., 2004), resulta evidente que las investigaciones sobre la formación de estos minerales podrían ser útiles para detectar posibles ambientes acuosos en su superficie (Spratt, 2015). En términos generales, la aparición de sulfatos amoniacales es relevante porque la presencia de materia orgánica parece ser un prerequisito para la formación de minerales amoniacales en condiciones ambientales normales.